El PP mantiene a Mazón en Valencia mientras las críticas internas y sociales crecen tras la DANA

Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, sigue en su cargo a pesar de que dirigentes del PP lo consideran “amortizado” tras la gestión de la DANA. Feijóo aplaza cualquier relevo y supedita la decisión al calendario electoral.

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El presidente de la Generalitat Valenciana y del PPCV, Carlos Mazón, y el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. - Rober Solsona - Europa Press - Archivo

 

La figura de Mazón se ha convertido en un punto de tensión dentro del PP. Su liderazgo, cuestionado tras la catástrofe que en octubre de 2024 dejó 229 víctimas en Valencia, mantiene en alerta a la dirección nacional. En medio de presiones internas, movilizaciones ciudadanas y el calendario electoral, Feijóo opta por la contención, priorizando la estabilidad política y estratégica del partido en la región.

 

Feijóo apuesta por la prudencia estratégica

En la cúpula popular insisten en que no hay un cambio inmediato en la Generalitat Valenciana. Aunque varios dirigentes consideran que Mazón ha agotado su ciclo político, Génova argumenta que abrir el debate sobre su relevo sería “desviar el foco” de la agenda que busca consolidar Feijóo: enfrentar al PSOE en temas de corrupción y presentar un plan alternativo en inmigración, vivienda y regeneración democrática.

El liderazgo nacional considera que cualquier movimiento brusco en Valencia podría dañar la narrativa de estabilidad que el presidente del PP intenta proyectar desde Madrid. Por ello, Feijóo ha decidido mantener a Mazón en su puesto, al menos hasta que el calendario electoral marque otra pauta. Según fuentes próximas, “Feijóo ha respaldado el compromiso de Mazón de vincular su futuro político a la reconstrucción”, subrayando que no sería oportuno interrumpir ese proceso, especialmente tras el acuerdo con Vox para aprobar los presupuestos autonómicos de 2026.

 

Reconstrucción y futuro político

El propio Feijóo explicó hace semanas que “ha unido su futuro político a la reconstrucción. Y, por tanto, veremos el éxito de la reconstrucción para valorar posteriormente el futuro político del presidente Mazón”. Este mensaje se interpreta como un periodo de observación que permite al presidente valenciano intentar recomponer su imagen pública mientras se ejecutan las fases iniciales de la reconstrucción.

Varios dirigentes advierten, sin embargo, que el crédito político de Mazón se encuentra al límite. Como apunta un veterano dirigente: “Mazón está ganando tiempo y ahora Feijóo no se lo puede cargar, pero todos sabemos que la herida está abierta”.

 

Cálculo electoral y manejo del tiempo

Génova ha decidido posponer cualquier debate interno hasta que se acerquen las elecciones valencianas. El objetivo de Feijóo es preservar la cohesión del partido y evitar que un conflicto territorial desvíe la atención de su liderazgo nacional.

En privado, los dirigentes admiten que Mazón no volverá a ser candidato y que su salida se planeará de manera discreta cuando la legislatura se acerque a su fin. Algunos incluso contemplan que sea el propio Mazón quien se retire voluntariamente una vez avanzadas las labores de reconstrucción y rehabilitada parcialmente su imagen.

 

Gestión bajo examen judicial y social

El mayor desafío para Mazón llega desde la calle y la justicia. La DANA del 29 de octubre de 2024 dejó 229 víctimas y daños multimillonarios, provocando un intenso escrutinio público. La oposición exige cuentas claras, y el presidente valenciano deberá comparecer el próximo 17 de noviembre ante la comisión del Congreso que investiga la respuesta institucional a la tragedia.

El caso judicial avanza y la Audiencia Provincial de Valencia ha citado como testigo a la periodista Maribel Vilaplana, quien coincidió con Mazón en una comida durante las horas críticas. Este hecho, inicialmente anecdótico, se ha convertido en un símbolo del descontento ciudadano por la supuesta ausencia del presidente en un momento de emergencia.

 

Desgaste social y presión ciudadana

El deterioro de la imagen de Mazón se refleja también en las calles. El pasado sábado, una manifestación recorrió el centro de Valencia para reclamar su dimisión y denunciar lo que califican de “abandono institucional”. La Asociación de Víctimas Mortales pidió que Mazón no acuda al funeral de Estado previsto para el miércoles, señalando que “puede tener la deferencia de no ir al funeral ni saludar”.

Desde Moncloa, la portavoz Pilar Alegría también reclamó que “escuche y respete a las víctimas de la DANA”. La presión es transversal: familiares, asociaciones y parte de la opinión pública asocian la figura de Mazón a una gestión fría y distante.

 

Silencio calculado de Génova

La dirección nacional mantiene una estrategia de contención: no entrar en polémicas y ganar tiempo. Un alto cargo del PP resumió la situación: “habrá gente que no quiera que vaya Carlos Mazón al funeral, y también habrá gente que no quiera que vaya Sánchez”.

Cada aparición pública de Mazón se evalúa cuidadosamente, y su permanencia al frente de la Generalitat funciona, de momento, como un muro de contención frente a un eventual vacío de poder en un territorio clave para el PP, tanto por su peso electoral como por su valor simbólico.

 

Tiempo como aliado y enemigo

El Partido Popular ha decidido jugar al tiempo y contener la crisis. Feijóo es consciente de que un relevo precipitado podría abrir una fractura mayor. Sin embargo, pocos confían en que Mazón pueda recomponerse completamente. Su futuro depende de dos frentes paralelos: la reconstrucción de la Comunidad Valenciana y la recuperación de su credibilidad política. En ambos casos, el tiempo se convierte en su aliado y su mayor amenaza al mismo tiempo.

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