Junts y su agotamiento con el PSOE: ¿fin de la tregua Puigdemont-Sánchez?

La cumbre en Perpiñán será el escenario clave donde Junts decidirá si rompe definitivamente con el PSOE, tras años de promesas incumplidas y un apoyo condicionado que ya no convence a la dirección del partido

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Carles Puigdemont y Pedro Sánchez
Puigdemont podría optar por romper con Sánchez Foto: Archivo

 

Con la proximidad de la cumbre convocada por Carles Puigdemont en Perpiñán, Junts per Catalunya se enfrenta a un momento crucial en su relación con el PSOE y su apoyo al actual Gobierno de los socialistas. La cita es clave para abordar la ruptura después de casi dos años con Pedro Sánchez en el poder gracias a los votos de la derecha catalana. Un apoyo que llegó condicionado por unos pactos, cuyos incumplimientos, según los líderes de Junts, han agotado la paciencia del partido. En este sentido, el acuerdo original que firmaron en Bruselas en 2023, en el que se comprometerían a la amnistía y a la vuelta de Puigdemont, no ha sido cumplido.

 

El agotamiento de un pacto sufrido

Desde el principio, el acuerdo entre Junts y el PSOE fue complejo, con promesas cruciales para los catalanes, como la amnistía y el traspaso de competencias en materia de inmigración o medidas contra la ocupación. A pesar de los avances parciales en ciertas medidas, Junts considera que han pasado ya dos años sin resultados concretos y sin lo más importante, el regreso de Puigdemont a Catalunya. El líder de Junts ha dejado claro que los márgenes de los socialistas para cumplir con los compromisos se han agotado. Es por esto motivo que se celebra esta cumbre de Junts, para ver si rompen del todo con el PSOE o si mantienen, de forma latente, el apoyo al actual Gobierno.

 

Posiciones dispares dentro de Junts

Dentro de Junts, aunque la dirección y el núcleo duro del partido está decidida a romper con Sánchez, existen diferencias en la forma en que se debería materializar esa ruptura. Un sector menos contundente, encabezado por Jordi Turull, defendería una postura más pragmática. Este grupo propone que la ruptura no sea total, sino que Junts simplemente deje de respaldar al PSOE en el Congreso, evidenciando la soledad parlamentaria del Gobierno pero sin precipitar su caída mediante una ruptura oficial o incluso una moción de censura.

INFOOGRAFIA
Infografia creada a partir de los resultados del sondeo de 2023/ @CatalunyaPress con IA

 

 

Sin embargo, varios de los alcaldes de Junts, Puigdemont y Míriam Nogueras, 'la Capitana', abogan por una ruptura tajante y completa, sin preocuparse por las consecuencias para el Ejecutivo de Sánchez. Esta postura se alinea con la idea de que no hay vuelta atrás con el PSOE y que Junts debe seguir su propio camino sin mirar atrás, después de ver como Sánchez no ha cumplido con lo prometido.

 

La presión de la ultraderecha y las encuestas

Un dilema clave que se plantea dentro de Junts es cómo la ruptura con el PSOE podría facilitar la llegada de una alianza entre PP y Vox. Esta preocupación ha sido levantada en privado por algunas voces del partido, pero no es algo que frene la decisión de Puigdemont. De hecho, el crecimiento de la ultraderecha independentista, representada por Aliança Catalana, está empujando a Junts a una postura más contundente, en la que se ven obligados a separarse de un PSOE que no ha cumplido con sus promesas. A pesar de las encuestas que reflejan cierto apoyo a Sánchez, la sensación en Junts es que la situación en Catalunya ha cambiado, y que los votantes de Junts podrían estar buscando una alternativa más alineada con un discurso más radical.

 

Un cambio de rumbo en Junts

Junts ha adoptado un discurso que se aleja del eje tradicional izquierda-derecha, algo que les diferencia de otras formaciones independentistas como Esquerra Republicana. En este contexto, han criticado duramente al Gobierno de Sánchez por bloquear iniciativas clave, como la ley de amnistía o el traspaso de competencias en inmigración, y han señalado que el PSOE ha preferido centrarse en otros temas, como la ocupación o el debate sobre la bandera de Palestina, en lugar de abordar lo que realmente les preocupa a los catalanes, según las tesis de Junts.

La estrategia de Junts, según su portavoz Míriam Nogueras, es priorizar los intereses de Catalunya por encima de las lealtades ideológicas. En este sentido, se han mostrado especialmente críticos con el Gobierno de Sánchez por no cumplir con las condiciones pactadas, como el reconocimiento del catalán en la Unión Europea y la descentralización de competencias clave. Sin embargo, el PSOE se defiende afirmando que, aunque algunos temas aún están en proceso, la voluntad de cumplir con los acuerdos está intacta.

 

Una ruptura que inquieta a la derecha, pero no la moviliza

Aunque la ruptura entre Junts y el PSOE podría abrir la puerta a una caída del Gobierno de Pedro Sánchez y, con ello, a unas elecciones anticipadas que beneficiarían a la derecha española, la reacción de Vox ha sido más cautelosa de lo esperado. Su líder, Santiago Abascal, ha descartado apoyar una moción de censura en este momento, calificándola como una “operación de propaganda de los separatistas”. A pesar de que Vox ha sido el único partido en presentar dos mociones de censura contra Sánchez en solitario, Abascal considera que el actual debate está contaminado por intereses tácticos de Junts y otros actores independentistas que, según él, buscan “chantajear al Estado” para obtener concesiones. Vox mantiene su disposición a respaldar una moción solo si esta es “instrumental” y con el objetivo claro de convocar elecciones inmediatas, independientemente de si la lidera el PP o no. En este sentido, Abascal ha advertido que no contribuirá a lo que considera una maniobra de Puigdemont para desviar la atención de la política migratoria en Catalunya. Por tanto, aunque la ruptura entre Junts y el PSOE podría beneficiar electoralmente a PP y Vox, no parece que vaya a traducirse en una acción parlamentaria inmediata por parte de la derecha, al menos mientras el protagonismo lo mantengan los partidos independentistas.

 

La clave en Catalunya

Más allá del Parlament, donde Junts ya ejerce como oposición al PSC, uno de los focos más sensibles ante una posible ruptura entre ambas formaciones se encuentra en los consells comarcals. Junts lidera actualmente 18 de estos órganos supramunicipales, y en varios de ellos ha pactado con el PSC para garantizar la gobernabilidad tras las elecciones municipales de 2023. 

Estos acuerdos han permitido gestionar competencias clave como el transporte escolar, los servicios sociales, la recogida de residuos o la promoción cultural en comarcas enteras. Una ruptura política a nivel estatal podría tener efectos colaterales en estos espacios, provocando bloqueos institucionales, mociones de censura o gobiernos en minoría. 

Además, la pérdida de interlocución fluida entre Junts y el PSC pondría en riesgo la ejecución de proyectos compartidos y la captación de fondos estatales o europeos, especialmente en comarcas donde la cooperación entre partidos ha sido esencial para sostener servicios básicos. En este escenario, Junts se vería obligado a buscar nuevas alianzas, probablemente con ERC o con partidos locales, para mantener el control territorial, lo que podría fragmentar aún más el mapa político catalán a nivel comarcal.

Así pues, habrá que ver cuál es la decisión de Junts, que sabe que romper con Sánchez es una opción muy interesante a la hora de evitar que Aliança les coma terreno en Catalunya, pero, a su vez, esa ruptura puede acabar llevando a PP y Vox al poder, lo que dejaría muy tocadas, y casi hundidas, la mayoría de las aspiraciones de los independentistas catalanes.

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