Aulas sin aire en Catalunya: CSIF denuncia "emergencia sanitaria y educativa" por el calor extremo

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha denunciado públicamente la situación crítica que atraviesan los centros educativos públicos de Catalunya, los únicos espacios de concurrencia pública que, a día de hoy, carecen de un sistema adecuado de climatización. 

Con la llegada del calor y el agravamiento del cambio climático, la organización sindical califica esta situación como una auténtica emergencia sanitaria y educativa, y acusa al Govern de inacción y de vulnerar los derechos laborales y de salud de la comunidad educativa.

Según datos climatológicos, la temperatura media anual en Catalunya ha aumentado 1,8 grados en los últimos 72 años, con picos estivales que alcanzan un incremento de hasta 2,5 grados. Esta evolución ha provocado un aumento de los episodios de calor extremo, que repercuten directamente en la salud, el bienestar y el rendimiento de alumnos y docentes, especialmente en aulas masificadas y mal ventiladas.

En respuesta a esta realidad, el Departament d’Educació ha publicado un Plan de Adecuación al Cambio Climático, acompañado de una guía que propone medidas como bajar persianas, abrir ventanas o beber agua cada quince minutos. Desde CSIF, estas indicaciones se consideran insuficientes e ineficaces para afrontar el desafío climático en los centros escolares.

El sindicato critica que se tolere una temperatura de hasta 30 grados en las aulas, cuando el Real Decreto 486/1997 establece un máximo de 25 grados para lugares de trabajo con actividad ligera, como los colegios. Esta discrepancia, señala CSIF, constituye una clara vulneración de los derechos fundamentales de la comunidad educativa.

A finales de mayo, aún no se ha puesto en marcha ningún plan específico que garantice una respuesta efectiva ante el inminente verano. El plan del Departament prevé climatizar únicamente 800 centros en cinco años, frente a los casi 3.000 centros públicos existentes en Catalunya.

Para CSIF, disponer de un solo ventilador por aula, con 28 alumnos, no representa una solución real: lo consideran un parche insuficiente, tardío e indigno. La organización recuerda, además, que los efectos del calor extremo van más allá de la incomodidad, pudiendo provocar agotamiento, deshidratación, dificultades de concentración, calambres, vómitos e incluso golpes de calor con riesgo vital. Los menores, el alumnado con enfermedades crónicas o discapacidades, y las mujeres embarazadas se encuentran entre los colectivos más vulnerables.

Ante esta situación, CSIF exige la climatización inmediata y efectiva de todos los centros educativos públicos de Catalunya. A su juicio, se trata de una cuestión de justicia, seguridad y dignidad, y considera inaceptable seguir acumulando excusas mientras la salud del alumnado y del personal docente continúa en riesgo.