Catalunya mantiene estable la violencia de género mientras España registra un nuevo repunte

El segundo trimestre de 2025 refleja una evolución desigual: las denuncias caen un 0,8% en Catalunya, frente al aumento del 2,69% en el Estado

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El IAM atiende a los hijos de mujeres víctimas de violencia de género.
La violencia de género tiene un repunte en España, mientras que en Catalunya tiene una ligera bajada Foto: Archivo

 

El segundo trimestre de 2025 deja un balance complejo en materia de violencia de género. En Catalunya, los datos apuntan a una cierta estabilidad, mientras que en el conjunto del Estado se consolida un repunte en las denuncias y en el número de víctimas. El informe trimestral del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) muestra un incremento del 2,69% en las denuncias registradas en España, frente a una leve caída del 0,8% en Catalunya.

Entre abril y junio, los órganos judiciales catalanes recibieron 6.382 denuncias, 49 menos que en el mismo periodo del año anterior. Es un descenso moderado, pero significativo si se compara con la tendencia estatal, que alcanzó las 51.897 denuncias, la cifra más alta desde 2022.

En paralelo, el número de víctimas en Catalunya se situó en 6.245 mujeres, lo que representa un ligero aumento del 0,9% respecto al segundo trimestre de 2024. A nivel estatal, la cifra ascendió a 47.710, con un incremento del 3,41%. En otras palabras: en Catalunya hay más víctimas por denuncia, lo que sugiere un mayor grado de concentración de casos o una relación más estrecha entre víctima y agresor.

 

Perfil de las víctimas: más mujeres extranjeras y un leve aumento de las españolas

El peso de las mujeres extranjeras sigue siendo relevante en Catalunya. En este trimestre representaron el 45,6% del total de víctimas, una cifra ligeramente inferior a la del año pasado (45,9%), pero que confirma una tendencia estructural: casi la mitad de las víctimas no son españolas. En el conjunto del Estado, este porcentaje es menor (38,3%), lo que refleja una mayor diversidad y vulnerabilidad migratoria en el contexto catalán.

Por nacionalidad, las víctimas españolas aumentaron un 1,4% (hasta 3.396 casos), mientras que las extranjeras lo hicieron apenas un 0,2% (2.849). Aunque el incremento es moderado, los datos evidencian una persistencia del problema, especialmente entre los colectivos más expuestos a la precariedad y la falta de redes de apoyo institucional.

En cuanto a las víctimas menores de edad, la incidencia se mantiene marginal: tres víctimas españolas y ninguna extranjera, frente a tres menores en total en 2024. A nivel estatal, el CGPJ contabilizó 105 menores víctimas directas, un 25% menos que el año pasado.

 

Aumentan las renuncias a declarar en Catalunya

Uno de los indicadores más preocupantes es el de las renuncias a declarar, es decir, las mujeres que se acogen a la dispensa de testificar contra su agresor. En Catalunya, el número creció un 12,7%, hasta alcanzar 753 casos, lo que equivale al 12% de todas las víctimas. A nivel estatal, la proporción es similar: 5.549 mujeres renunciaron a declarar, casi 12 de cada 100 víctimas.

En Catalunya, además, se observa un cambio en el perfil de estas renuncias: el 49,4% corresponde a mujeres extranjeras, un aumento del 6,8% respecto al año anterior. Este dato es especialmente sensible, ya que puede reflejar mayor miedo, dependencia económica o barreras culturales y lingüísticas que dificultan el proceso judicial.

 

Catalunya, entre las comunidades con menor incidencia

Pese a los repuntes parciales, Catalunya mantiene una tasa de 15,3 víctimas por cada 10.000 mujeres, por debajo de la media estatal (19,2). Esto sitúa al territorio entre las comunidades con menor incidencia de violencia de género, junto con Castilla y León (11,9), Galicia (13,3) o Extremadura (14,1).

Las comunidades con mayores tasas siguen siendo Canarias (33,7), Baleares (27,6) y Comunidad Valenciana (24,0). En el extremo opuesto, Madrid se mantiene en la media estatal y Catalunya continúa en posiciones bajas pese a concentrar un volumen de población elevado.

Según fuentes del Observatorio, la diferencia territorial puede explicarse por distintos niveles de denuncia, no necesariamente de violencia. En otras palabras, en Catalunya podría existir un subregistro derivado de factores culturales, miedo al proceso judicial o desconfianza institucional, lo que limitaría la capacidad de detectar todos los casos.

 

Estabilidad que no implica mejora

Aunque los datos parecen moderados, los expertos advierten que la estabilidad no equivale a mejora. El leve descenso en las denuncias y la baja tasa de incidencia no deben ocultar que el número de víctimas sigue creciendo y que las renuncias se disparan.

Catalunya ha logrado contener los grandes repuntes que sí se observan en el resto de España, pero sigue sin resolver los problemas estructurales: dependencia emocional y económica, miedo al estigma, falta de vivienda y escasez de recursos de acompañamiento. Además, la elevada proporción de mujeres extranjeras refleja que la violencia de género sigue anclada en entornos de vulnerabilidad social.

Así pues, el segundo trimestre de 2025 confirma que Catalunya mantiene una incidencia menor que la media nacional, pero también pone de relieve nuevos desafíos: reforzar los mecanismos de denuncia, garantizar el apoyo a las víctimas que renuncian a declarar y consolidar políticas públicas que no se limiten a contener el daño, sino que apuesten por prevenir, proteger y acompañar de forma efectiva a las mujeres que siguen sufriendo violencia.

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