¡Para flipar! El tesoro escondido de la Costa Brava que enamora por su calma y belleza natural
Lejos del turismo masivo, este pequeño pueblo costero ofrece naturaleza, gastronomía y tranquilidad en estado puro
Cuando pensamos en la Costa Brava, a menudo vienen a la mente nombres como Cadaqués, con su legado daliniano, o Lloret de Mar, símbolo del turismo de masas. Sin embargo, hay un pequeño enclave que, pese a su encanto desbordante, permanece relativamente desconocido para muchos viajeros. Se trata de Tamariu, una joya costera que ofrece una experiencia distinta: íntima, serena y profundamente mediterránea.
Ubicado en el término municipal de Palafrugell, en el corazón del Empordà, Tamariu es el lugar ideal para quienes buscan desconectar sin renunciar al mar, al buen comer y a la autenticidad de un pueblo que aún conserva su esencia marinera.
Un antiguo pueblo de pescadores convertido en refugio costero
Con apenas 300 habitantes censados, Tamariu conserva las características de un auténtico pueblo de pescadores. Sus calles estrechas, sus fachadas blancas y las barcas tradicionales varadas sobre la arena nos trasladan a una época en la que el mar dictaba el ritmo diario.
Hoy, esa identidad convive con una oferta discreta pero cuidada de cafés frente al mar, centros de buceo, pequeños hoteles familiares y una atmósfera que invita al sosiego. Es un destino perfecto para escapadas de fin de semana, donde la naturaleza y la calma lo impregnan todo.
Playa, senderismo y deportes acuáticos: una experiencia completa
La playa principal de Tamariu, reconocida con Bandera Azul, ofrece un entorno de arena gruesa, aguas limpias y un paseo flanqueado por tamarindos que aportan sombra y carácter. Pero lo mejor está en los alrededores, accesibles a pie por el Camino de Ronda, parte del sendero GR‑92.
Allí se abren paso calas escondidas como Aigua Dolça o Aigua Gelida, y formaciones naturales como la impresionante Cova d’en Gispert, que puede explorarse en kayak.
Entre las actividades más destacadas se encuentran:
- Buceo y snorkel en la zona de Cala Nova, donde se esconde un famoso pecio repleto de vida marina: gorgonias, morenas y langostas.
- Rutas a pie hasta el Faro de Sant Sebastià, que regala unas vistas panorámicas únicas de Llafranc y Cala Pedrosa.
- Kayak y paddle surf disponibles para alquilar en el mismo pueblo.
Sabores del Empordà junto al mar
La oferta gastronómica de Tamariu honra la cocina tradicional ampurdanesa, con productos del mar recién pescados y recetas con siglos de historia. La cercanía a Palafrugell permite disfrutar de eventos culinarios como la Garoinada, dedicada al erizo de mar, o las jornadas del guiso "Es Niu", típico de los marineros de la zona.
Los restaurantes locales, muchos de ellos con vistas privilegiadas al Mediterráneo, ofrecen una experiencia que combina calidad, sencillez y paisaje: lo esencial para una comida que se convierte en recuerdo.
Tradiciones, festividades y cultura popular
A pesar de su tamaño, Tamariu mantiene vivas sus tradiciones. Durante el verano se celebran cantadas de habaneras al borde del mar, regatas de patín a vela catalán, torneos de voley playa y una fiesta mayor cada 15 de agosto con fuegos artificiales, música y actividades familiares. Todo con un carácter local, sin masificaciones ni artificios.
Cómo llegar y dónde alojarse
Acceder a Tamariu es sencillo, tanto en coche desde Barcelona o Girona (por la AP‑7 y carreteras locales), como en autobús durante la temporada alta a través del Julivia Bus Turístic.
En cuanto al alojamiento, hay múltiples opciones para todos los gustos:
- Pequeños hoteles familiares con encanto,
- Hostales acogedores,
- Apartamentos frente al mar perfectos para estancias más largas o en familia.
Un destino para reconectar con lo esencial
Tamariu no es solo un destino, es una experiencia. Un lugar donde el mar, la montaña, la gastronomía y la tradición se dan la mano para ofrecer una escapada inolvidable. Quienes lo visitan coinciden en lo mismo: es un rincón donde el tiempo se detiene, donde se respira paz y donde cada ola, cada cala y cada plato te invitan a quedarte un poco más.
Perfecto para quienes huyen del bullicio, buscan calidad y valoran la autenticidad sobre el artificio. Tamariu es, sin duda, uno de los secretos mejor guardados de la Costa Brava.
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