El centro hospitalario calcula que entre el 1 y el 3% de las operaciones pueden llegar a producir infecciones, y que si éstas no se detectan y tratan pueden obligar a los médicos a tomar decisiones drásticas.
Este es uno de los tratamientos endoscópicos más utilizados y eficaces contra determinados tipos de obesidad y hace que se coloque una pelota de silicona, muy resistente a los ácidos gástricos, durante seis meses en el estómago. De esta manera se consigue un doble objetivo: se reduce la sensación de hambre y hay más sensación de saciedad después de comer.