Entre las medidas, se encuentran la congelación de activos iraníes en el extranjero, la suspensión de acuerdos de armas con Teherán y la penalización de cualquier desarrollo de su programa de misiles balísticos.
En un esfuerzo de última hora, Irán ha anunciado que su ministro de Asuntos Exteriores mantendrá una llamada telefónica con sus homólogos de Francia, Alemania y el Reino Unido.