Familias enteras se despertaron sobresaltadas en las primeras horas del lunes cuando el sismo de magnitud 6.3 golpeó cerca de Mazar-i-Sharif, una de las ciudades más pobladas del norte del país.
Esta mentalidad, reforzada por las políticas de los talibanes, ha impedido que incluso médicas voluntarias que se encontraban cerca pudieran ofrecer su ayuda inmediatamente después del terremoto.