Aquellos que no conocen el valor de la lealtad nunca apreciarán el coste de la traición, dijo no sé quien, un día que reflexionaba.
Dicen que los años te quitan muchas cosas: la juventud, la belleza, la agilidad; pero te da otras que debemos valorar: la experiencia, la tranquilidad, la distancia para reflexionar y valorar las cosas de otra manera, la serenidad y la libertad para decir lo que quieras. Es una buena etapa, pero no lo es para todos. Sobre todo cuando dejas de lado tus valores, tus ideales, tus principios…y piensas que tienes 20 años,
Este martes saltaba la noticia de que María Badía entraba en el gobierno de los independentistas de la mano de su amigo Raül Romeva, como directora de las Relaciones Exteriores. No me lo podía creer, aunque en estos tiempos todo es posible.
¿Quién es María Badía? Una persona que ya en el año 1975 era miembro de Convergència Socialista y que ingresó en las filas sociatas con la integración/refundación o, como lo quieran llamar, de los distintos partidos socialistas. Y que el día 3 de diciembre del 2014 se dio de baja del PSC porque se le apareció Don Limpio y la llevó a la nave que la conduciría a la consellería de Exteriores.
La abducción fue tal que María se despegó de su jefe, Raimón Obiols, del que había sido responsable de gabinete durante muchos años, al que adoraba y al que sacrificó para volar sola al Parlamento Europeo, porque ella ocupó su lugar en la institución parlamentaria.
Qué poco ha aprendido de él, porque Obiols con sus discrepancias nunca ha “dimitido” del PSC. Ella, en cambio, lo ha utilizado como un clínex y lo ha dejado cuando ha visto que no podía sacar más provecho.
Y digo yo, a los 69 años, camino de los 70, ¿se puede cambiar de ideología, sentimientos, compañeros y vivencias solo por un cargo? ¿Cómo se le llama eso? Mi amigo Isidoro lo tiene muy claro ¡traición!
Y otros dirán ¿demencia senil? Y los hay que llegan mucho más lejos con frases que no voy a reproducir por respeto… a los lectores.
Decía Confucio que “la vida es muy simple pero insistimos en hacerla complicada”. Eso es verdad porque no se trata de quedarse en casa haciendo ganchillo o viendo los dramones de la tele, pero entre eso y hacer lo que has hecho María, hay un trecho de deslealtad, traición, pérdida de ideología y muchas cosas más que tu bien conoces…
“El que comete una traición, probablemente no se podrá resistir a volver a cometerla de nuevo”. Lo que ocurre es que no tendrás tiempo para hacerlo María.
La confianza se gana, el respeto se da, la lealtad se demuestra. La traición a alguna de las tres provoca perderlas todas.
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