Entre Vinicius y Franco: el Bernabéu dividido entre la lucha contra el racismo y la nostalgia franquista

La actitud de la grada del Santiago Bernabéu es más que contradictoria

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Vini
De la lucha contra el racismo de Vinicius a los gritos de "Franco, Franco" Foto: Europa Press

 

El Santiago Bernabéu se convirtió en escenario de polémica este fin de semana, cuando un sector de la grada coreó en repetidas ocasiones “Franco, Franco”. Aunque el grito supuestamente estaba dirigido a Franco Mastantuono, recién incorporado al Real Madrid, la intención no parecía ser celebrar al jugador, que aún no ha tenido tiempo de ganarse la simpatía del público, sino que parecía más un cántico recordando y haciendo burla de los tiempos más oscuros de la historia reciente de España.

La coincidencia con el nombre del dictador provocó indignación y críticas inmediatas, especialmente al tratarse de un jugador recién llegado y cuyo papel en el Real Madrid ha sido, por ahora, meramente testimonial. No es un ídolo, es una joven promesa a la que le queda mucho camino por delante. Y si hay algo que el Bernabéu no regala, son gritos y coreos a sus jugadores.

Sin embargo, parte de la grada del Santiago Bernabéu, lejos de seguir su costumbre de no corear a nadie a las primeras de cambio, convirtió el nombre de Mastantuono en un eco que recuerda la sombra del franquismo, dejando al descubierto una práctica cuestionable por parte de los aficionados.

 

Cánticos de este estilo levantan ampollas, eso es evidente, llegando a dividir a la propia afición merengue, donde no todo el mundo está satisfecho con la actitud de la grada al cantar “Franco, Franco”. Especialmente cuando lo normal no es corear el nombre de los jugadores, sino su apellido. Sin embargo, con Mastantuono, el nombre ha caído en gracia a cierto sector.

De la lucha por Vinicius al franquismo

El contraste con otros episodios recientes es aún más llamativo. Cuando Vinicius Jr., estrella brasileña del Real Madrid, ha sido objeto de insultos racistas en distintos encuentros, la misma grada que ahora corea “Franco, Franco” se ha levantado para aplaudirlo y defenderlo. Desde pancartas de apoyo hasta cánticos de ánimo, los aficionados dejaron claro que el racismo no tiene cabida en el Santiago Bernabéu, y que la diversidad y la inclusión deben ser valores centrales del club.

Este gesto colectivo no solo supuso un respaldo a Vinicius como jugador, sino también un mensaje contundente frente a la discriminación, recordando que la pasión por el fútbol no puede mezclarse con odio ni prejuicios. 

Por eso resulta todavía más chocante que ahora, desde esa misma grada rescaten un cántico que evoca al dictador Francisco Franco, generando una disonancia evidente entre la defensa de la diversidad y la nostalgia de un pasado autoritario.

Mientras unos aplauden la lucha contra la intolerancia y el racismo, otros parecen celebrar símbolos de opresión, dejando al descubierto un Bernabéu dividido entre dos mensajes diametralmente opuestos. La incoherencia resulta difícil de ignorar: el mismo espacio que protege la dignidad de un jugador negro puede, al mismo tiempo, convertirse en un escenario que revive recuerdos de represión y dictadura.

Así pues, habrá que ver cómo evoluciona la actitud del Santiago Bernabéu con las futuras apariciones de Franco Mastantuono sobre el terreno de juego. Y es que escuchar al feudo blanco coreando el nombre del dictador ha recordado tiempos pasados que conviene olvidar y dejar lo más atrás posible.

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