Vuelta atrás con el río Sena: París prohíbe bañarse el día después de su histórica reapertura

La contaminación del agua por las fuertes precipitaciones obliga a restringir temporalmente el baño tras más de un siglo de prohibición

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Foto: Montaje hecho con Canva Pro

 

Tan solo un día después de su esperada reapertura al baño tras 102 años, el río Sena ha vuelto a cerrar sus zonas habilitadas para los bañistas debido a las intensas lluvias caídas en París durante la noche y la madrugada del domingo. Las precipitaciones han alterado la calidad del agua, lo que ha obligado a izar la bandera roja, señal de prohibición del baño, en los tres espacios acondicionados: Pont Marie, muelle de Grenelle y el barrio de Bercy.

 

Un baño vigilado y condicionado por el clima

La iniciativa municipal, que permitirá nadar gratuitamente en el Sena durante todo el mes de julio, está sujeta a una estricta normativa para garantizar la seguridad. La calidad del agua se analiza a diario y cualquier cambio significativo, como el provocado por las lluvias recientes, puede acarrear el cierre inmediato de las zonas de baño.

El alcalde del distrito centro de París, Ariel Weil, ha recordado en redes sociales que “ese es el riesgo de bañarse en aguas abiertas”, en respuesta a un mensaje de su homóloga del distrito X, Alexandra Cordebard, quien lamentaba que la ciudadanía no pudiera disfrutar de un segundo día de baño.

 

Zonas controladas, no todo el río es apto

A pesar del entusiasmo general, solo algunas zonas concretas del Sena son aptas para el baño. El resto del río continúa siendo de acceso restringido, ya que sufre alteraciones frecuentes por el clima en otras partes de su curso. Las autoridades han delimitado espacios seguros y han declarado el resto del cauce como aguas peligrosas, con prohibición absoluta de nadar en ellas.

 

Una inversión millonaria para cumplir una vieja promesa

El ambicioso proyecto de recuperar el Sena para el baño público no ha sido fácil ni barato. Para lograrlo, se han destinado 1.400 millones de euros en obras de adecuación en París y su entorno. Esta transformación da cumplimiento a una promesa del exalcalde Jacques Chirac en 1988, impulsada por la actual alcaldesa Anne Hidalgo con el apoyo del presidente Emmanuel Macron.

Entre las infraestructuras clave destaca la construcción de un colosal depósito subterráneo de aguas residuales. Esta instalación, de 30 metros de profundidad y capacidad para 50.000 metros cúbicos, se ubica junto a la estación de tren de Austerlitz y permite retener el agua contaminada que, en caso de lluvias intensas, podría acabar en el Sena.

 

El Sena, protagonista olímpico y símbolo de transformación

Este retorno del baño al río coincide con la celebración de los Juegos Olímpicos de París 2024, para los que el Sena ha sido escenario de algunas pruebas, como el triatlón. Sin embargo, incluso entonces, algunas competiciones tuvieron que cancelarse por la mala calidad del agua.

El esfuerzo institucional busca ahora consolidar este símbolo de renovación urbana y ecológica, permitiendo que parisinos y turistas disfruten del río en condiciones seguras y con una conciencia clara de los riesgos y responsabilidades que implica bañarse en plena ciudad.

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