“El pueblo era un río”: los vecinos de Tarragona narran cómo sobrevivieron a las lluvias torrenciales
Rescates con arcones flotantes, muros derrumbados y bares anegados: los vecinos de las Terres de l’Ebre relatan con miedo y orgullo cómo lograron salir con vida del diluvio histórico
Las lluvias torrenciales en Tarragona han dejado un rastro de destrucción sin precedentes en las Terres de l’Ebre, con calles convertidas en ríos, casas inundadas y vecinos atrapados en coches y bajos. Pese a la magnitud de los daños, no se han registrado víctimas mortales, aunque los Bombers realizaron más de 30 rescates en una noche de auténtico caos.
“En 20 minutos vimos lo que no habíamos visto en 50 años. El pueblo era un río”, relató Javier Reverté, alcalde de La Ràpita, en declaraciones a RAC1. La localidad, que celebraba una feria, tuvo que suspender el evento al sonar las alarmas en los móviles. “Todos se encerraron en casa. La prudencia nos salvó”, añadió.
Vecinos que salvaron vidas y otras historias de supervivencia
En Godall, dos vecinas evitaron una tragedia al rescatar a una tercera mujer que estaba a punto de ser arrastrada por el agua al salir de su garaje. En Vinallop, Rodolfo Riesco y Emilia Martínez, de 85 y 77 años, fueron salvados por los Bombers que improvisaron una barca con un arcón congelador flotante.
“Primero salió ella, luego él. Fue milagroso”, cuentan emocionados. Ambos resultaron ilesos.
La escena más dramática se vivió en La Ràpita, en el bar La Plaça, donde su propietaria, Blanca Ballester, se vio obligada a romper una pared con un extintor para escapar del agua:
“En tres minutos entró más de un metro de agua. Flotaban las mesas, el futbolín, todo. Tuvimos que abrir un agujero en la pared para subir al piso de arriba. Nos salvamos de milagro”, explicó a RAC1.
Rafael Berdiel, vecino de Amposta, explicó a Mediodía COPE que, aunque su localidad no sufrió lo peor, pueblos vecinos como Godall, La Galera o Santa Bàrbara sí sufrieron “grandes destrozos”.
“La situación fue dantesca. En pocos minutos pasamos de tener las calles secas a que corrieran ríos. La situación obligó a suspender clases para 59.000 alumnos en Catalunya”, relató Berdiel.
Alcanar y el eterno dilema: casas sobre barrancos
En Alcanar, el alcalde Joan Roig ha pedido expropiar viviendas construidas sobre los barrancos para evitar más desastres:
“Hay treinta casas en medio de los cauces. Ya no hay otro remedio. Debemos devolver al agua su espacio natural”, declaró.
El presidente Salvador Illa enfrió la idea de los derribos, pero admitió que hacen falta soluciones estructurales urgentes.
Calles anegadas, rescates y un futuro incierto
En Santa Bàrbara y La Galera, el agua superó el medio metro dentro de muchas viviendas. Paquita, vecina de la calle Méndez Núñez en La Ràpita, asegura que lo perdió todo:
“Era día de fiesta. En diez minutos nos inundamos. Es la tercera vez que pasa y nadie hace nada”.
Otros vecinos como Noèlia Borràs pasaron la noche en los pisos superiores con sus hijos pequeños. “Desde el balcón veíamos cómo todo se hundía, pero solo pensábamos en que estábamos vivos”, confesó.
En la urbanización Serramar de Alcanar, Javier Costa volvió a ver cómo el agua arrasaba su casa por tercera vez en cuatro años: “Pensamos que no sería tan grave, y en diez minutos era imposible salir. Nos preocupa mucho que vuelva a pasar”, explica a El Periódico.
Balance: destrucción, barro y esperanza
El amanecer del lunes mostró la magnitud del desastre: coches arrastrados, calles cubiertas de barro, caminos rurales impracticables y escuelas cerradas para más de 59.000 alumnos.
Pero también una lección de resistencia: ninguna víctima mortal y vecinos ayudando a limpiar y reconstruir juntos.
“Nos salvamos porque aprendimos a tomárnoslo en serio”, dijo el alcalde de Godall, Alexis Albiol, convencido de que la conciencia tras la DANA del País Valencià ayudó a evitar una tragedia mayor.
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