Escuchar las sucesivas intervenciones donde se debatían las enmiendas a la conocida como "Ley del sólo sí es sí" me ha producido un gran empacho que en nada ayuda a ninguna mujer con un poco de sentido común.
Contamos con un Ministerio de Igualdad con una dotación presupuestaria de récord. Su presupuesto para este 2023 aumentó un 9%, alcanzado la cifra histórica de 573 millones. Por lo que en términos consolidados se incrementa en 47 millones de euros, un 9% más que los aprobados en 2022. Además, a la partida en políticas contra las violencias machistas se dedicarán 320 millones de euros, llegando a un 56% del total. Son los propios datos facilitados por el Ministerio, para resultados tan desalentadores.
Desoladores porque si cada euro se invirtiera en mejorar la vida de una sola mujer quién les escribe lo daría por bien empleado, me conformo en poder haber evitado una, una solo de las 99 mujeres muertas en nuestro país en 2022.
Fue en diciembre el mes más dramático que llevó a las que dicen que saben a reunirse y analizar los 19 casos de feminicidios contabilizados por el Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género (VioGén).
Según los últimos datos públicos son 75.140 las mujeres y sus hijos a los que se les da protección contabilizados hasta el 31 de diciembre de 2022. De ellos 18 de los casos se consideran de riesgo extremo, 726 de riesgo alto y 10.497 de riesgo medio. Además, 916 de las víctimas protegidas son menores de 18 años y 37.001 de ellas tiene hijos menores de edad a su cargo.
La mayoría de los casos se concentran en Andalucía, donde hay 20.571 casos, 7 de ellos extremos seguido de la Comunidad Valenciana, con 11.954 (1 extremo), y Madrid, con 9.510 (4 extremos). Las ciudades autónomas de Melilla y Ceuta, solo tienen 195 y 161 casos activos, respectivamente. En La Rioja hay 657 y en Cantabria otros 983. En el resto de regiones, el número de casos activos oscilan entre los 1.400 de Navarra y los 5.058 de las Islas Canarias.
El informe de Interior no incluye las cifras relativas a Catalunya y País Vasco, que al tener sus propias policías autonómicas utilizan otros sistemas de valoración de riesgo y protección a las víctimas. Desde que el sistema VioGén se creó en 2007 ha atendido la friolera de 713.069 casos.
Hay tantos temas que afectan a las mujeres encima de la mesa de la actualidad y sin que lleven a un lugar donde se sienta un avance que es posible que esté sea por primera vez que escriba que es un 8M doloroso y triste.
Si la prostitución sigue considerándose irresponsablemente como el trabajo más antiguo del mundo y no como lo que es, un aberrante uso violento del cuerpo de otro ser humano fruto de la pobreza y la trata, no estamos avanzando.
Si nos dedicamos a hablar de "chorradas" mil desde el feminismo institucional más infantil diciéndoles a hombres y mujeres como deben disfrutar de la sexualidad en sus alcobas, estamos dándonos solas y a todas las mujeres un tiro en el pie incomprensible.
Si nos equivocamos en la remodelación de leyes que dejan en la calle a depredadores sexuales con condena firme y tardamos meses en enmendarlo, se está haciendo mal, pero que muy mal.
Si las mujeres no podemos estar tranquilas a ninguna edad y en ningún lugar porque hay hombres que nos consideran objetos para su disfrute unipersonal o de su propiedad, discúlpenme que les diga a sus iguales que defenderse durante toda tu vida, cansa y entristece.
Así que sí, este el del 2023 es un 8M doloroso y triste con el feminismo dividido y teniendo que volver a defender por lo que nuestras abuelas lucharon, somos la generación que ha sabido educar a nuestras hijas pero no estamos preparadas para "tanto populismo", de palabras vacías y a golpe de titular que tanto daño nos hace a todas. No somos niñas y nadie tiene derecho a infantilizarnos porque en nada tiene gracia todo lo que sucede.
Sí, lo digo alto y claro, quiero que todos los depredadores sexuales pasen todos los años posibles en la cárcel por el bien de todos.
Sí, quiero que se vote la abolición de la prostitución en nuestro país.
Me gustaría que el contador de mujeres muertas en femininicidios fuera cero.
Sería un alivio colectivo que nos sintieramos seguras en cualquier sitio sin tener que estar en un permanente estado de alerta de día y de noche, dentro y fuera de nuestra propia familia.
Y por las que fueron, por las que somos y las que seran, siempre feminista hasta el final de mis días, tengo un solo sueño, dejar un mundo mejor para mi hija Joanna que hoy cumple 18 años.
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