​Perversión política e incompetencia

Miquel Escudero

El catedrático de Derecho Constitucional de la UAB Xavier Arbós ha expresado sus dudas sobre la legalidad de un confinamiento especial que el Gobierno planea para una segunda fase. Se trata del quizá obligatorio internamiento de ciertos contagiados por Covid-19, en determinados espacios.


Una medida que podría estar amparada por la ley sanitaria, pero que podría asimismo implicar una inconstitucional suspensión de derechos. A su vez, Miquel Porta, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública (también de la UAB), ha declarado que endurecer el confinamiento no salvaría más vidas, y que incluso podría cobrárselas. Lo capital es estar coordinados. Porta denuncia que algunos gobiernos autónomos han “regateado información al Gobierno para utilizar la pandemia de forma partidista y electoralista y así han perjudicado la salud de todos y de sus votantes”. Todos sabemos que hay más cosas a denunciar. ¿Habrá castigo para ellos?


Policía con mascarilla en una calle de La Habana


He recuperado un artículo de prensa que estos dos catedráticos firmaron juntos en mayo de 2011: ‘La salud pública exige más cooperación’. Aún se pugnaba por salir de la grave Recesión de 2008 y faltaba un año para que se diera el pitido de arranque del procés.


Lo releo en el contexto actual. Tras hacer mención del efecto multiplicador que produce el esfuerzo combinado, hay un párrafo elocuente que reproduzco: “Las políticas que resultan de la colaboración soportan menos retórica y contribuyen a que el conjunto del sistema autonómico cumpla más eficientemente con su obligación de promover un desarrollo individual y colectivo más humano”.


¿Se ha de llevar el viento estas reflexiones juiciosas? ¿En qué y para qué se ha de cooperar? Hay que encarrilar adecuadas políticas de salud , “particularmente urgentes en áreas en las que el sistema presenta desgarros que dejan inermes a millones de ciudadanos”. Esto lo decían Porta y Arbós hace nueve años.


Por la cuenta que nos trae, en los casos de emergencia no hay lugar para el recelo o el engaño, la confianza y la lealtad son exigibles.


“Los virus y los contaminantes ambientales no conocen las fronteras autonómicas”, decían ambos profesores. ¿Alguien lo duda?


Lo que de veras urge es dar respuesta óptima a los peligros y amenazas que se ciernen sobre el conjunto de la ciudadanía.

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