​Perlas y fracturas de más

Miquel Escudero

Mas insiste en que no le gusta gastar ni para presumir y que tiene obsesión por el ahorro del dinero público, no sólo eso: “los más castigados con la retirada de pagas extras fueron los altos cargos, que las perdimos todas”. ¿Habrá que quitarse el sombrero ante él? Dice el Astut que cumplió “un mandato democrático” tras encontrar unas ‘brechas legales’ y “una oferta política imbatible” como el derecho a decidir (pero a decidir unas cosas sí y otras no, según marquen los amos de las esencias patrias). Dado que las cosas más inverosímiles pueden suceder, como la caída del Muro de Berlín, el expresidente puso ‘hilo a la aguja’.


“El dinero es miedo, ya lo sabemos”, pero era firme partidario del “binomio movilización-urnas”; estaba seguro de tener “el terreno controlado gracias al dominio de lo que hoy en día, todo el mundo denomina relato”. Dice que no era fácil “gestionar el movimiento espontáneo de la ciudadanía” el día del acoso a la policía judicial con el registro en el Departamento de Economía. Y prosigue el ejemplar político: “vehicular el malestar, dar salida al enfado, y al mismo tiempo evitar cualquier incidente fueron los objetivos desde primera hora. Se hizo y se hizo bien, diga lo que diga la justicia española al respecto”.


El presidente del PDeCAT, Artur Mas


Del 1-O dice que una gran victoria, había que gestionarla para que no se marchitara. “No habían podido pararnos. Éramos la primera noticia en el mundo”. Insiste en el relato: ‘una jornada de dignidad nacional y oprobio estatal’. Según le convenga, se quejará de las redes sociales, pues “crean una inflación de posicionamientos que alteran la percepción de la realidad”. Espejo de coherencia y ecuanimidad. Por otro lado, dice que es mentira que Catalunya esté fracturada: “Cuando quien nos quiere mal nos reprocha que los catalanes tenemos una sociedad fracturada, debemos ser vehementes en la negativa”.


El edificante Mas se retrata siempre muy bien, va de sobrado. Hablando de la final de la Copa del Rey: “Si se me notó un atisbo de sonrisa era porque la situación que estábamos viviendo me parecía divertida, incluso ridícula”. “En el fondo lo que me divertía era el ridículo de una gente”, “que, queriendo coaccionar y amenazar, habían logrado que la pitada fuera monumental y ensordecedora”. “Si no hubiese sido president en ese momento, me hubiese reído bien a gusto”.


¿Hace falta comentar estas perlas o hablan por sí solas?

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