El Mar Menor se convierte en un depósito de metales tóxicos
El estudio determinó la presencia de concentraciones de metales como plomo, arsénico, zinc, mercurio, cobre y plata que no solo exceden los límites de toxicidad, sino que también superan los valores detectados en ecosistemas costeros similares a nivel global.
El estudio determinó la presencia de concentraciones de metales como plomo, arsénico, zinc, mercurio, cobre y plata que no solo exceden los límites de toxicidad, sino que también superan los valores detectados en ecosistemas costeros similares a nivel
La laguna salada del Mar Menor en Murcia, la mayor de Europa, alberga en sus sedimentos niveles de metales pesados que superan los límites de toxicidad, según revela un estudio del Departamento de Física de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA-UAB). La investigación ha reconstruido la historia de la contaminación de los sedimentos durante los siglos XX y XXI y ha revelado que la industria minera, activa entre finales del siglo XIX y mediados del siglo XX en la sierra de Cartagena-La Unión, fue la principal culpable de esta acumulación histórica.
Un legado de plomo, arsénico y mercurio
El estudio determinó la presencia de concentraciones de metales como plomo, arsénico, zinc, mercurio, cobre y plata que no solo exceden los límites de toxicidad, sino que también superan los valores detectados en ecosistemas costeros similares a nivel global.
En la actualidad, los depósitos más grandes de estos tóxicos se concentran en el sur de la laguna, la zona más cercana a los antiguos cauces mineros. (ICTA-UAB)
Los datos históricos demuestran que las concentraciones máximas se alcanzaron a mediados del siglo XX. A pesar de la prohibición de vertidos mineros impuesta en 1955, el problema persistió. Los flujos de metales continuaron llegando a la laguna a través de la escorrentía arrastrada por las lluvias torrenciales que arrastraba residuos de la antigua actividad minera. En la actualidad, los depósitos más grandes de estos tóxicos se concentran en el sur de la laguna, la zona más cercana a los antiguos cauces mineros. Los sedimentos del Mar Menor acumulan, en total, miles de toneladas de metales.
Nuevas amenazas para la biodiversidad
Aunque las concentraciones superficiales de metales son actualmente más bajas que durante gran parte del siglo XX, el estudio advierte sobre los riesgos futuros. Irene Alorda-Montiel , investigadora del ICTA-UAB explica que "el impacto de estas acumulaciones de metales, que ahora mismo no está afectando a los seres vivos, podría ser mayor en un futuro debido a las interacciones con otras presiones derivadas de actividades humanas".
El trabajo concluye que es fundamental abordar la gestión de los ecosistemas costeros de manera integral, considerando que los impactos históricos se combinan con los efectos del cambio global (https://www.sciencedirect.com/)
El informe subraya que el cambio climático, los episodios de eutrofización y la resuspensión de los sedimentos del fondo marino podrían contribuir a liberar nuevamente estos metales. Este proceso aumentaría su disponibilidad para los organismos acuáticos, lo que pondría en grave riesgo la biodiversidad del ecosistema. El trabajo concluye que es fundamental abordar la gestión de los ecosistemas costeros de manera integral, considerando que los impactos históricos se combinan con los efectos del cambio global, agravando la contaminación existente. Esto proporciona información crucial para el diseño de futuras estrategias de conservación y mitigación de la contaminación en el Mar Menor y en cuerpos de agua similares alrededor del mundo.
La investigación ha reconstruido la historia de la contaminación de los sedimentos durante los siglos XX y XXI y ha revelado que la industria minera( ICTA-UAB )
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