Diversidad e inclusión: la clave para construir equipos más fuertes y sostenibles
Directores de Recursos Humanos de grandes empresas coinciden en que eliminar prejuicios en la contratación es esencial para impulsar la innovación y el valor social
Cada vez más compañías reconocen que el éxito empresarial no depende solo de la rentabilidad, sino también de la capacidad para crear equipos diversos, inclusivos y responsables. El primer paso, según apuntan los Directores de Recursos Humanos de grandes empresas nacionales e internacionales, está en los procesos de selección.
Abrirse a personas con discapacidad o en riesgo de exclusión social no solo rompe barreras, también refleja un compromiso real con la sociedad. Sin embargo, los expertos coinciden en que aún persisten estigmas y prejuicios que dificultan la contratación inclusiva.
El proceso de selección como reflejo del compromiso
Para María del Carmen Oliver, directora de RRHH de Barceló Hotel Group, contratar no es simplemente cubrir un puesto, sino mostrar con hechos el compromiso corporativo hacia la igualdad. “No basta con hablar de diversidad, hay que eliminar los sesgos que siguen presentes en nuestra sociedad”, señala.
En la misma línea, Camino San Millán, directora de Diversidad e Inclusión en Acciona, recuerda que la igualdad es un derecho, especialmente para quienes sufren discriminación laboral. Su mensaje es claro: no se trata solo de proclamarlo, sino de trabajar activamente para derribar estereotipos.
Normalizar la diferencia, no destacarla
El debate también pone el foco en cómo percibimos a quienes son diferentes. Para José María Batalla, fundador de La Casa de Carlota, la gran lucha es “normalizar la inclusión” sin necesidad de paternalismos. No se trata de compadecer, explica, sino de transformar la mirada con la que interactuamos con las personas con discapacidad.
La diversidad como motor de innovación
El sector privado juega un papel fundamental. Lorena Sánchez, directora de Talento y RRHH en Carrefour España, defiende que la sociedad debe “abrir los ojos” y aceptar la amplitud de grupos que la conforman. Para ella, el reto es integrar esa realidad en el día a día de las empresas. “La diversidad enriquece”, recalca, tanto a nivel humano como en términos de competitividad e innovación.
Impacto social y valor compartido
El consenso es claro: apostar por la diversidad e inclusión no es filantropía, sino estrategia. Las organizaciones que lo aplican ganan legitimidad, mejoran su rendimiento y contribuyen a una sociedad más justa. Al final, el impacto positivo que generan empresas, fundaciones e instituciones se traduce en valor compartido: competitividad empresarial y progreso social caminando de la mano.
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