Por su parte, la ministra de Defensa de Lituania, Dovile Šakaliene, y el ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Radosław Sikorski, también han pedido una respuesta más enérgica y unificada por parte de la OTAN.
El incidente, que Tusk calificó como un "acto de agresión", involucró 19 incursiones aéreas.