El célebre comisario de la Semana BCNegra es un hombre extremadamente cordial y competente a quien le gusta que la gente dialogue a solas con los libros. Junto a la entrañable Montse Clavé, dirigió la librería de culto Negra y Criminal, sita en la calle de la Sal, en la Barceloneta: "éramos la librería más citada de España –y casi de Europa-, pero nos visitaban poco".
Por esto, el querido Paco Camarasa tuvo que cerrarla hace casi año y medio, después de casi trece en activo. Los sábados recibían a partir de la una de la tarde con vino tinto y mejillones; calcula que en todos esos años obsequiaron a sus clientes amigos con 2.160 botellas y 1.250 kilos, respectiva e inolvidablemente.
Tras los vertidos de petróleo del Prestige, los cultivadores de marisco gallegos hicieron un llamamiento a la solidaridad. Paco y Montse decidieron ayudarlos: "Pero el marisco que diéramos a los clientes era preciso que fuera canónico, es decir, negro", igual que el vino: negro; nunca sirvieron cava, al no haber de tal color.
Como dijeran en El halcón maltés, de Dashiell Hammet, aquella librería estaba hecha del material con el que se construyen los sueños. Paco ha escrito Sangre en los estantes (Destino), una mirada asombrosa, sabia y cálida hacia su quehacer y su vocación, compartida con miles de personas por ellos congregadas; y ordenada de la A a la Z. Ahí se puede leer que una librería son los libros que tiene en los estantes. Y el ambiente, y la sensación de bienestar de quien entre a la librería (versión Paco), pero ésta siempre es más que un conjunto de libros (versión Montse). Visiones opuestas que compartían la pasión por los libros y por la lectura, algo que "permitió que Negra y Criminal rompiera las previsiones que le daban nada más que un par de años de existencia".
El inicio del género se remonta a 1841, al publicar Edgard Allan Poe Los crímenes de la calle Morgue. El nombre de 'negro' vino en 1945, con una serie de libros con tapas negras que referían violencia, sexo y personajes sin moral. Las novelas de Agatha Christie eran de enigma; y Maigret, criatura de Simenon, se ponía no en el lugar del asesino sino en el de la víctima.
Fascinante Sangre en los estantes, para leer y paladear. Fallecidos añorados resucitan en él: Paco González Ledesma, entre otros. No sé por qué, pero me ha traído el recuerdo del fabuloso Juan-Claudio Cifuentes, Cifu para los amigos de Jazz porque sí.
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